El planeta Spin Boldak es apenas una pequeña lucecita en la inmensidad del universo de la triple W. Un rinconcito para hablar sobre lo que pasa en España, en el mundo, en los medios... De todo un poco, sin tabúes ni concesiones al virus de lo políticamente correcto, que todo lo infecta y corroe.

viernes, febrero 24, 2006

Golpes... de risa

No lo puedo evitar. Llevamos una semanita con lo del golpe de Tejero que esto parece la serie "Cuéntame". ¿Hablaremos alguna vez de futuro en este bendito país? En fin, el caso es que no puedo evitar que me entre la risa cada vez que veo el bigotón de Tejero y escucho el "¡Quieto todo el mundo!". Sé que en su momento no tuvo ninguna gracia y que estuvimos a punto de cagarla entre todos, pero es tan ridícula y jurásica su estampa, que no puedo permanecer serio.

El 25 aniversario del 23-F coincide con una intentona golpista desactivada in extremis en Filipinas. O, al menos, eso es lo que dice su Gobierno. Yo, para variar, no me lo creo.

Filipinas es un archipiélago de jodida cohesión, como la cercana Indonesia. Demasiadas islas, demasiadas etnias, demasiadas religiones y una sensación permanente de que todo puede saltar por los aires en cualquier momento. La solución de Manila es similar a la de muchos países en vías de desarrollo: un pedazo ejército que hace de pegamento nacional por la fuerza.

Han arrestado a un general, un coronel y un director de la Policía sospechosos de participar en la conspiración. La presidenta, Gloria Macapagal Arroyo, ha aprovechado para decretar el estado de emergencia y sacar las tropas a las calles... Qué casualidad, justo cuando miles de personas celebraban el 20 aniversario de la caída del dictador Ferdinand Marcos.

Para el que no lo sepa, Filipinas tiene desde 1986 una hermosísima forma de expresión plebiscitaria. Aquel año, la presión popular (el conocido como "People power") puso fin a 21 años de dictadura y acaparamiento de zapatos y sujetadores (¡recordad a la indescriptible Imelda!). Miles de personas tomaron la monumental EDSA (Eduardo de los Santos Avenue), convertida desde entonces en manifestódromo oficial y punto de reunión para echar al gobierno de turno (Joseph Estrada fue la segunda víctima del "People power" en 2001).

Arroyo tiene que soportar estos días a esta marea humana, y no me extrañaría que se hubiera sacado la asonada de la manga para atar en corto a los manifestantes, entre los que hay curas y monjas (otro clásico filpino). Ya "desactivó" otra trama golpista poco clara en 2003. Por el momento no hay detalles de la operación ("las pruebas sobre la trama serán presentadas en su momento", asegura el Gobierno). Lo que sí es seguro es que los filipinos no soportan más a una presidenta acosada por los casos de corrupción, especialmente después de que se divulgaran unas cintas en las que Arroyo parecía ordenar un pucherazo en las elecciones de hace dos años. Parece que el poder popular está de vuelta.

 
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