En Cataluña, vence la playa

Es lo que pasa con los clamores sociales a los que tanto le gusta a invocar a nuestro Gobierno. Que no son tales, y luego pasa lo que pasa.

Ayer se cumplieron todos los pronósticos en el referéndum sobre el Estatut: altísima abstención y aplastante triunfo del "sí" entre los pocos que votaron. Se abstuvieron de votar 2.630.162 personas (50'59%). Votaron 2.569.268 (49'41%). De éstos, 1.881.765 (73'9%) votaron que "sí" y 528.472 (20'76 %), que no. En definitiva, una filfa de tamaño descomunal. Apenas un 30% del electorado (tres de cada siete catalanes) depositó en las urnas un rotundo e inapelable "sí" en las urnas. El resto, o dio un "no" igualmente claro o pasó de todo. Vamos, que se fue a la playa o a la montaña.

Nada nuevo bajo el sol. Otro referéndum bajo mínimos auspiciado por ZP. No os olvidéis del lamentable plebiscito sobre la Constitución Europea del 20 de febrero de 2005, con un ridículo (en términos de participación) aún mayor, ya que la abstención fue del 57,68% y el "sí" en términos globales fue también cercano al 30%. Ya sabemos que la democracia es una cosa con mucha cintura, pero no sé si estas consultas superan la prueba del algodón del quórum, que ya sabemos que no es necesario en España, pero que queda tan bien a la hora de dar legitimidad a un refrendo popular...

Por lo demás, este resultado prueba la franca decadencia de la sociedad catalana. La que asiste muda a la persecución de los no nacionalistas, la que prefiere no ir a votar y que se consume el "estatutazo" en lugar de hacer valer el poder de su sufragio. Han aprendido mucho de los vascos y la teoría del "árbol y las nueces", ya sabeis, eso de que unos sacuden el árbol y otros recogen las nueces. Han aprendido, en el fondo, que la timorata España siempre se retrae, cede, deja hacer... Hasta que no haya vuelta atrás posible, claro.