Si fueran malvas en vez de rosas...

Se llama Jone Goirizelaia (aprox.). Es de suponer que su cara es bien conocida en la inmensa mayoría de los hogares españoles. En efecto, es la hija de puta que defiende de forma habitual a los etarras en sus cuitas judiciales. La Unión de Actores permitió ayer que este bitxo subiera al escenario a recoger un premio concedido al colectivo Ahotsak (Voces de mujeres para la paz), un invento de esos que alumbran de cuando en cuando los vascos para subrayar que el opresor Estado español debe darle un poco de cremita a los malos y no machacarles tanto a los pobrecitos.

Los artistas se están cubriendo de gloria en los últimos años con sus campañas contra la guerra (sólo la de Iraq, por cierto, que el resto bien poco importa), el boicot a la entrega de los Goya, los cutre-cortos de "Hay motivo", Almodóvar hablando del golpe de Estado que iba a dar el PP tras el 11-M... Un dislate protagonizado por un colectivo muy crecidito, que en un 99% de los casos vive única y exclusivamente de lo que sale de nuestros bolsillos (vía subvención, por cierto, que nadie vaya a pensar que es por ingresos en taquilla).

Rosas blancas para los amigos de los que matan. Conmovedor.