Caña a China

No sé vosotros, pero yo me lo estoy pasando bomba con el accidentado recorrido de la antorcha olímpica por el mundo, sacándole los colores a la cruel dictadura china.

Lo de Londres fue sublime y espero que esta noche se líe una gorda en San Francisco, donde hay preparada una buena. Da gusto que, de cuando en cuando, alguien rompa un poco la inercia y cuente a los cuatro vientos las verdades del barquero.

Claro, que a pocos meses de que empiecen los Juegos Olímpicos de Pekín, me da un poco de risa ver cómo empiezan a caerse de la ceremonia de inauguración líderes como Gordon Brown o Nicolas Sarkozy y puede que hasta George W. Bush. Un poquito tarde, ¿no? Huele a posturita de cara a la galería.

Al que habría que meterle mano es al Comité Olímpico Internacional, auténtica cueva de piratas que le trae sin cuidado la democracia, empezando por sus votaciones, uno de los espectáculos más lamentables del planeta. Recuerden la votación en la que salió elegida Londres 2012 en detrimento, entre otras, de Madrid. ¿Qué hacía votando Alberto de Mónaco? ¿Y el resto de países con nula tradición olímpica, con más peso que auténticas potencias? Una vergüenza, eso es lo que es. Así que les está muy bien empleado el ridículo que están pasando. Tanto el país organizador como el COI. Que se pudran.