El planeta Spin Boldak es apenas una pequeña lucecita en la inmensidad del universo de la triple W. Un rinconcito para hablar sobre lo que pasa en España, en el mundo, en los medios... De todo un poco, sin tabúes ni concesiones al virus de lo políticamente correcto, que todo lo infecta y corroe.

martes, marzo 06, 2007

100 años no son nada


Gabriel García Márquez cumple 80 años. Con ocasión de su cumpleaños, son muchas las actividades que se están celebrando, casi todas en torno a su obra cumbre, la inigualable "Cien años de soledad".
Muchas veces he pensado que es la novela de todos. La que más gusta, la que todos querríamos escribir, la que todos nos proponemos releer, prestando más atención a cada palabra, cada historia, trazando el árbol genealógico de Macondo y los Buendía...
Hace ya cien años (bueno, no, sólo diez) que lo compré en una de esas ediciones baratujas de quiosco. Me lo bebí con auténtica delectación, saboreando cada página, cada hallazgo gramático, cada personaje... Un desparrame de sensaciones, un placer constatar lo que se puede conseguir juntando letras, una envidia nada sana al descubrir lo que nunca podrás alcanzar...
Del Gabo me mosquean mucho sus afinidades políticas, especialmente su desaforado amor por el sátrapa caribeño por excelencia, Fidel Castro. También me cabrea cómo ha vivido de las rentas, con obras posteriores que no se acercan ni por asomo a sus libros cumbre. No me lo he leído todo, pero sí lo suficiente como para convencerme de que no ha mantenido el tipo.
"Memoria de mis putas tristes" me dio arcadas. Una vergüenza, un subproducto parido por una mente enferma, de viejo verde detrás de jóvenes efebos.
"Noticia de un secuestro" fue un manual de cómo escribir una porquería teniendo material de primera mano. Un lío, imposible de seguir, sin pies ni cabeza. Un desastre.
"Del amor y otros demonios". El primer libro de García Márquez que leí. Recuerdo que me gustó mucho. Se trataba, igualmente, de otra historia medio retorcida entre un cura y una niña, creo recordar, pero me agradó su ambientación histórica y el primer vistazo de un estilo que acabaría por conquistarme.
"Relato de un náufrago". Una joya. Un grandísimo pequeño libro, como "El viejo y el mar" de Hemingway, "La perla" de Steinbeck o "Seda" de Baricco. De esos cuyo sabor permanece en la boca durante días.
"El coronel no tiene quien le escriba". De lo mejorcito de la serie media. Aprovechable, pero no para tirar cohetes.
"El amor en los tiempos del cólera". Para mí, hermano gemelo de "Cien años...". Una historia de amor de dimensiones titánicas, multigeneracional... La única pega es que me parece interminable, demasiado larga... degenerando en ese amor senil que tanto le gusta al Gabo y tanto asquito me da a mí. Creo que la están adaptando para la gran pantalla. Magna y difícil empresa. A ver qué sale.
"Doce cuentos peregrinos". Me parecieron un coñazo. Eso sí, si mal no recuerdo me encantó el último: "El rastro de tu sangre en la nieve", sobre un pinchazo con una espina de una rosa, París, la nieve, el amor... Lo recuerdo muy conmovedor.
¡Y ya está! He visto la película de "Crónica de una muerte anunciada", que me gustó, y tengo aparcada sine die su autobiografía, "Vivir para contarla". No me atrevo por miedo a odiarle definitivamente. Del éxtasis he pasado a la pereza.
Por cierto, la muy sectaria izquierda española se ha apropiado de los actos de conmemoración en España. La lectura de "Cien años..." organizada por la Casa de América (dirigida por el escritor y ex asesor de ZP Miguel Barroso) ha estado copada por rojos de todo pelo: María Teresa Fernández de la Vega, Trinidad Jiménez, Rosa Regás, Iñaki Gabilondo, Leire Pajín, Carmen Chacón... Y luego hablan de apropiarse de cosas...

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