¿Y estos nos llaman crispadores?
El planeta Spin Boldak es apenas una pequeña lucecita en la inmensidad del universo de la triple W. Un rinconcito para hablar sobre lo que pasa en España, en el mundo, en los medios... De todo un poco, sin tabúes ni concesiones al virus de lo políticamente correcto, que todo lo infecta y corroe.
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Ha muerto José Luis Coll, sin duda el eslabón más débil de histórico dúo que formó junto a Luis Sánchez Pollack, "Tip", el auténtico genio de la sociedad.
A mí este tipo no me ha hecho gracia nunca, debo reconocerlo. Siendo aún pequeño recuerdo una vez que tuvo que pedir perdón públicamente por una patética parodia de la reina Isabel de Inglaterra. No me extraña. Era su estilo. Zafio, vulgar y cutre. También cayó alguna vez en mis manos uno de sus diccionarios. Patético. Hablan de su ironía. A mí me ha sonado siempre como el clásico tonillo del malasombra, de lo que llamamos malafollá en Andalucía.
Una de las cosas de las que más alardeó era de su amistad con el entonces presidente Felipe González (en la foto, junto al actor Imanol Arias). Muchas noches en la "bodeguiya" del Palacio de la Monloa, mucho billar, mucha "copa presidente" del deporte del taco, la carambola y la tronera, mucho apoyo en público al peor PSOE, el de la corrupción y el GAL.
No echaremos de menos su supuesto humor. Y mucho menos sus preferencias políticas.
Es la nueva estrategia de los chicos de PRISA, como bien sabéis el único grupo empresarial del mundo que tiene un partido en el gobierno.
El plan es vincular al PP con la extrema derecha, es decir, con cuatro gatos que a estas alturas de la vida siguen yendo por ahí con las banderas españolas con el escudo del águila. Lo que viene a llamarse la bandera con el pollo, vaya.
En un delirante artículo de portada, El País mezclaba el sábado pasado churras con merinas y lo metía todo en el mismo saco. Que si se concentraron seguidores del PP, con ultraderechistas, con Sáenz de Ynestrillas y no sé quién más... ¿A quién quieren engañar estos?
Saldrían a la calle a protestar con sus emblemas, no digo que no. Pero me parece curioso o, al menos, relevante que estas precisiones sólo haya que hacerlas cuando es el PP el que se moviliza. Cada vez que el PSOE salía a la calle con todo tipo de movimientos comunistas, anarquistas y republicanos, ni mú. Un poquito tendencioso, ¿no?
Pues bien, es a lo que juegan ahora los socialistas, a confundir PP con extrema derecha. Insólito, de veras. Los que tomaron la calle con el "Prestige", con la guerra de Iraq, los que reventaron actos del PP, persiguieron a sus líderes y afiliados y cercaron y atacaron sus sedes, los que organizaron las manifestaciones del 13-M, en plena jornada de reflexión...
En el fondo, como siempre, subyace esa supuesta superioridad intelectual de la izquierda, que se sigue considerando divina y hace gala de su pasado trotskista, maoísta o dinamitero o presiona violentamente por un futuro antisistema y ácrata.
A veces nos da vergüenza calificarnos en público como gente de derechas. Perdamos ese miedo, no es cuestión de quién es mejor o peor. Para mí, la izquierda encarna lo peor de la historia: Stalin, Mao, Castro, Chávez, Idi Amin, Zapatero, las FARC, Milosevic, Sadam, Pol Pot... Pero la derecha también tiene sus monstruos, no lo olvidemos.
Lo importante es defender una ideología de futuro, progresista (no en el sentido que le da la izquierda, por favor, eso es un insulto), que defienda valores, que aporte seguridad, que sea intransigente con el terrorismo, la delincuencia y los matones.
Recordadlo: no son mejores. Un somero vistazo a lo logrado en ocho años de gobierno así lo atestigua.
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Lo estoy leyendo ahora mismo en www.elmundo.es. Decenas de ciudadanos anónimos están acercándose a la madrileña plaza de la República Dominicana para depositar flores en recuerdo de los asesinados por el etarra José Ignacio de Juana Chaos.
El 14 de julio de 1986 murieron 12 agentes de la Guardia Civil en esta plaza, en un atentado con coche bomba en el que participó De Juana. Su saldo total de crímenes se eleva a 25. Casi nada.
Y ya está a punto de irse de rositas a la calle, a escribir libros, a refocilarse no sé cuántas horas bajo la ducha con su chuqui, bautizada ya como "la novia de la muerte".
Estoy fuera de Madrid ahora. Regreso hoy por la noche. Tal vez me pase un día de la próxima semana para testimoniar que no olvidamos.
No olvides tú tampoco. Por favor.
Entre uno y otro tomo de Napoleón, ha caído en mis manos el último libro de Manu Leguineche, patriarca de la tribu periodística española y amigo.
Se trata de "El club de los faltos de cariño" (Seix Barral). Me lo estoy pasando en grande con esta inclasificable colección de historias, pensamientos, recuerdos, anécdotas... muy pegada al terruño, como cerrando un círculo tras toda una vida viajando de un rincón a otro del planeta.
Yo me metí en esto del periodismo tras descubrir a finales de los 80 a Manu. En una revista que se llamaba Panorama, escribió por capítulos su vuelta al mundo en 80 días, que luego fue editado en libro. Me arrebataron sus saberes enciclopédicos, su ritmo, sus viajes... ¡todo!
Un día le comenté que era periodista en gran parte por su influjo y creo que se quedó algo jodido. Como pensado "pobrecico, soy culpable de su desgracia". Acabó harto de las referencias que hacía de sus obras. "¿Esa también te la has leído, joder?". Un crack.
No sé cuántos libros suyos me habré leído. Unos quince, calculo. Anárquico, desordenado, torrentoso en saberes... Todo el mundo cabe en sus páginas, un auténtico deleite.
En "El club..." exhibe una gran colección de dichos populares y frases célebres, junto al inseparable Jesús, la gata Muki y el pato Toribio. Y con el escenario de Brihuega siempre de fondo.
Una que me ha encantado es de Mark Twain: "Del Cielo me gusta el clima. Del Infierno, la compañía". Genial.
Otra, oída tras un atentado de ETA: "Qué manía con matar. Si toda la gente acaba muriéndose sola. Sólo hay que darle tiempo". Pura sabiduría popular.
De un proverbio chino: "Si quieres ser feliz un día, emborráchate. Si quieres ser feliz un año, cásate. Si quieres ser feliz toda la vida, cuida tu jardín".
Muy recomendable, sobre todo para los que cada vez pensamos más en abandonar la ciudad y volver a la naturaleza.
Paseando un día con Manu, un vecino nos dijo con sorna a un ex amigo y a mí: "¿Qué, aprendiendo del maestro, no?". Manu respondió: "Son amigos, Si me dijeran maestro serían unos gilipollas". Me quedé cortado. Porque para mí siempre será eso, el MAESTRO. Con mayúsculas.
Gracias por todo, Manu.
Vale, estoy siendo un pelín catastrofista. Más que guerra, lo que hay es un cachondeo de aúpa.
Últimamente, estoy leyendo mucho. Siempre he sido un ávido lector, pero la verdad es que en los últimos tiempos no paro. Alterno muchos temas y autores, para no cansarme. Estoy enfrascado en la biografía de Napoléon escrita en forma de novela en los años 90 por Max Gallo, ex asesor de Mitterrand y, oh, cosas de la vida, uno de los muchos intelectuales de izquierda que han pedido el voto para Nicolas Sarkozy, ése al que muchos comparan con un monstruo, pero al que cada vez más consideramos lo más parecido a la salvación.
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